‘Buscando a Lucas’

Hace unos días hice un llamamiento por Facebook buscando al protagonista de mi nuevo cortometraje, ‘Lucas’.

En ese momento lo zanjé con un breve

Estoy buscando un chaval que aparente como quince o dieciséis años para mi nuevo corto, ‘Lucas’.

Si se os ocurre alguien mandadme un mensaje con un link al videobook o fotos.

Gracias, majos.

No quise cerrarme mucho con la descripción por varias razones: en primer lugar aún no tenía muy claro qué buscaba y quería ver muchas caras.

Por otra parte, sentía bastante reparo a definir físicamente a un adolescente. Se trata de una edad muy delicada, de muchas inseguridades y sentía que cualquier adjetivo que añadiera obligaba a los posibles candidatos a juzgarse quizá demasiado duramente antes de que siquiera pudiéramos verlos.

Por último, en el corto hay que cubrir otros cinco personajes adolescentes con frase, todos ellos con distintas características físicas.

Al poco, sin embargo, me dí cuenta de que la descripción era tan vaga que podía incluso desanimar a posibles candidatos, así que respondiendo a David Valero amplié la misma:

Álex Montoya ‎David, le he dado vueltas a lo de la descripción y lo dejaría en ‘con encanto’.
27 de marzo a la(s) 10:44 · Me gusta
Álex Montoya Que sea profesional o de la comunidad valenciana es un plus, pero no es necesario.
27 de marzo a la(s) 10:47 · Me gusta

Pero aquí aún me estaba cortando, porque el asunto es que Lucas tiene que ser guapete.

No voy a entrar en detalles, pero por necesidades de guión Lucas tiene que tener un atractivo que no sea sólo de personalidad, tiene que ser visible en fotos, de manera que el briefing que estoy manejando ahora y que he enviado hoy mismo a un director de casting de Madrid es algo parecido a lo que sigue:

Buscamos un chaval de unos quince años, que no sea un niño, pero tampoco un hombre todavía.

Por guión tiene que tener atractivo; no necesariamente un guaperas, sino más bien del tipo introvertido.

Y añado aquí y ahora: Que sea de la Comunidad Valenciana y profesional es un plus, pero no indispensable.

Por otra parte hay que cubrir otros cinco papeles con chicos y chicas de la misma edad, aunque estos sí tienen que ser residentes en Valencia o cercanías.

Ya tenemos algunas opciones que estamos valorando, pero queremos ver el máximo número de personas, así que si tenéis alguna propuesta nos podéis contactar en topatita@gmail.com.

Pues nada más, majos. A ver si sale algo de aquí y ya os contaré cómo evoluciona el tema.

«Eligiendo la cámara para ‘Lucas'»

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Como comentaba de pasada en el post anterior estamos a punto de entrar en la preproducción de Lucas, un cortometraje por el que tengo una especial ilusión.

 

Se trata de un thriller que trata de la pederastia en la era de internet, en el que los adolescentes están expuestos a contenidos sexuales desde muy pronto y en la que estamos permanentemente comunicados, muchas veces sin saber con certeza quién está al otro lado de la línea.

 

Mis referentes para este proyecto son los thrillers de los ’70 del Nuevo Hollywood, como Klute, Tarde de perros, French Connection o El amigo americano: películas adultas, ancladas en la realidad, muy naturalistas y que logran crear la tensión por el conflicto entre personajes interesantes y creíbles, lejos de las estilizaciones y la infantilización que asolaron el género en los ’90-’00.

 

 

Paradójicamente, David Fincher, el mismo director que inició la moda del psycho thriller con Se7en, retoma esta misma senda con películas como Zodiac o Millenium I, aunque los referentes actuales que tengo más presentes son películas con personajes y tramas más cotidianas como 4 meses, 3 semanas, 2 días, Fish Tank o incluso cortos como Deeper than yesterday de Ariel Kleiman.

 

 

Estos últimos días le he estado vueltas a qué cámara sería la más adecuada para este proyecto. No es fácil, porque mi idea es rodar con un pequeño equipo técnico y usar muy poco material de iluminación. Además la mayor parte del corto transcurre en localizaciones reales en situación de noche.

 

Necesito, por tanto, una cámara pequeña, manejable y sensible y ahora mismo estoy entre dos.

 

La primera opción, la más fácil, es la Epic-X, que acabamos de recibir en Morituri. El pasado jueves 15 estuve en Madrid probándola con nuestro nuevo juego de ópticas Red Pro Prime, que abren a T1.8 y el mismo sábado se estrenó en su primer trabajo: el corto ‘En plan romántico’, escrito y dirigido por Peris Romano del Pino, producido por Sergio Barrejón, con fotografía de Antonio J. García y protagonizado por Dani Pérez Prada y Rut Santamaría.

 

 

Las razones para elegir esta cámara son obvias: es pequeña, ligera, y la calidad es fabulosa (es la cámara que se ha usado para grabar Prometheus , la nueva de Spider-ManThe Hobbit). La grabación en RAW y a una resolución de 5K permite un par de trucos que simplificarían enormemente un rodaje como éste que va a ir muchas veces cámara al hombro.

 

Primero, puedes hacer lo que hizo Fincher en The Girl with the Dragon Tattoo y es encuadrar con un recorte del sensor, grabando aire alrededor, para reencuadrar o estabilizar, si es necesario, en pospro.

 

 

Fincher se ciñó a un ancho de 3600px en la imagen final, porque grabó parte de la película con la RED MX y parte con la EPIC-M, pero nosotros podríamos usar toda la resolución (5120 px) y usar un recorte de 4096px.

- La guía de recorte que usó Fincher.

 

En segundo lugar, la flexibilidad que ofrece la grabación en RAW permite más errores en rodaje. Algo tan simple como querer cambiar el balance de blancos no es tan sencillo con cámaras que graban el material procesado.

 

Por otra parte, la posibilidad del HDRx nos puede salvar en situaciones complicadas de alto contraste.

 

El punto débil de la Epic-X es la sensibilidad, aunque es similar a la de la Alexa y muy superior a la del celuloide.

 

La EPIC-X trabaja con un ruido mínimo hasta a un ISO de 2000. Es importante señalar que no usa algoritmos de reducción de ruido en camara, por lo que se podría forzar esta ISO hasta 5000 si decidiéramos usar un reductor de ruido en posproducción como el Neat Image.

 

Para ello, lo mejor sería grabar brevemente una carta de colores tras cada claqueta con una buena superficie de gris medio para capturar el patrón de ruido con dicho programa.

 

En todo caso, la sensibilidad de la Epic-X es menor que la otra cámara que ha llamado mi atención para Lucas: la Canon C300.

 

Aparte de la sensibilidad, a la que llegaré en un momento, esta cámara tiene un par de ventajas adicionales sobre la Epic-X en rodajes en los que hay que ir muy rápido.

 

Para empezar, la que se ha señalado como su mayor debilidad puede ser, en este caso, una ventaja: esta cámara sólo graba a 2K en un códec bastante comprimido, de 8 bits y 4:2:2 a 50Mbps. Aún así, la calidad de las imágenes es muy alta y el códec nos permite grabar todo el día sin descargar las tarjetas, lo que nos ahorra un trabajo adicional durante la jornada y llevar un ordenador con el equipo.

 

Algo parecido pasa con su autonomía. Mientras la EPIC-X sólo aguanta cerca de una hora con un Red Brick, la Canon tiene varias horas de autonomía con una sola batería.

 

Además tiene una ergonomía excelente y la gigantesca ventaja de contar con filtros ND internos, que se activan con un dial, lo que en muchos casos nos permite trabajar sin matte box.

 

Y por último la sensibilidad. La Canon C300 tiene un par de stops más que la Epic-X. Puede trabajar bien a 20.000 ISO, lo que puede parecer exagerado, porque con una óptica rápida supera con creces la sensibilidad de nuestros propios ojos, como muestra este vídeo grabado sólo con LUZ LUNAR.


 

Pero más sensibilidad es siempre mejor, aunque sea para hacer algo que la mayoría de realizadores que han crecido con las DSLR’s evitan: cerrar diafragma.

 

Como bien explican en este vídeo, esta sensibilidad extrema nos puede servir para recuperar profundidad de campo en una situación de escasa luz existente. Recordemos que la mayoría de películas con las que hemos crecido se han rodado con diafragmas superiores a 4, lo que en muchos casos añade valor de producción ya que nos permite disfrutar de los fondos, de las localizaciones, manteniendo, en la mayoría de los casos, un recorte suficiente del actor para separarlo del fondo.

 

Además, evita el focus hunting, ese vaivén mareante del foco, que es uno de los mayores problemas que aquejan los cortos actuales, grabados cámara al hombro con aperturas muy altas y con actores que trabajan casi sin marcas.

 

Uno de los mayores inconvenientes de la Canon, sin embargo, es la pobre idea que han tenido con el asunto de la montura. A pesar de que el cuerpo cuesta 15.000€, a los de Canon se les ha ocurrido venderla en dos sabores: con montura Canon EF y con montura PL.

 

Las casas de alquiler se están inclinando por la EF a la espera de que alguien saque un adaptador razonablemente bueno a PL. Lo malo es que no todas las ópticas PL podrán usar ese adaptador por lo que hay que esperar a ver pruebas.

 

Bueno, mientras preparo Lucas sigo adelante con otras cosas, como un artículo sobre el rodaje de En plan romántico para la revista Cameraman, la grabación y publicación de nuevas pruebas de nuestra Epic-X y la puesta a punto y promoción de la web de Morituri.

Os voy contando.

«Reescribiendo «No os caséis»».

«No os caséis» es el nuevo título de un guión que escribimos a seis manos a principios de 2010 entre mi hermana Aglaia, Cristóbal Garrido (que recientemente ha estrenado «Promoción Fantasma», co-escrita con Adolfo Valor) y yo.

Por cierto que si no habéis visto 'Promoción Fantasma' aún, no sé a qué estáis esperando.

Se trataba del desarrollo de una idea que surgió durante un largo viaje de coche con mi hermana en el que planteamos darle la vuelta a la idea de ‘salir del armario’.

¿Qué pasaría si un célebre gay, activista, concienciado, un pilar de su comunidad e hijo de una diva de la Movida Madrileña, entrara en el armario a pocos días de su esperada boda? Nuestra sociedad ha avanzado mucho desde  «In&Out», que se estrenó en el ’97 y nos parecía que hoy en día podía ser casi tan traumática esta situación como era entonces para Kevin Kline el replantearse su sexualidad.

El asunto era más peliagudo de lo que parece y gran parte de los primeros bandazos en el desarrollo de la idea los dimos buscando el tono adecuado.

La primera versión del guión, titulado «Tú arriba y yo encima» tuvo que estar lista muy rápido, ya que recibimos una ayuda de desarrollo que nos obligó a presentarlo en algo más de un mes a partir de la concesión.

Además coincidió con el festival de Sundance en el que participaba con ‘Cómo conocí a tu padre’, por lo que pasé gran parte de aquella semana escribiendo cada vez que encontraba un hueco.

La primera versión fue un Frankenstein absoluto; rehíce el tratamiento que habíamos presentado, lo corté en seis cachos y cada uno de nosotros desarrolló dos por su cuenta: «Park City-Valencia-Madrid» era el título alternativo de este post.

A pocos días de la entrega me enviaron sus partes, que repasé y cosí cuidadosamente, tapando los agujeros más gordos y unificando, en la medida de lo posible, el estilo. La verdad es que quedó mejor de lo que cabía esperar y lo presentamos.

Ese mismo año escribimos una segunda versión mucho más ajustada, que es la que empezamos a mover por las convocatorias de ayudas.

Resumiendo un largo periplo, obtuvimos la ayuda a producción del IVAC, pero no logramos completar la financiación necesaria para el proyecto.

La cuestión es que se trata de una película relativamente cara, con un presupuesto de un millón y medio de euros, y no es un proyecto que pueda abaratarse fácilmente: se trata de una comedia de boda, con muchos actores, muchas localizaciones reales y de gran tamaño, en situaciones de día y de noche, que hay que iluminar, etc…

Además, el primer acto transcurre en Madrid y el resto en un pequeño pueblecito encantador del norte, con lo que hay que sumar el traslado de gran parte del equipo, alojamientos, dietas, etc…

En este sentido sí que planteé a partir de cierto punto que la realización no fuera la típica de la comedia más clásica con luces suaves, trabajadas y tiros de cámara a la altura de los ojos, sino que tendiéramos a cosas más contemporáneas, en la línea semidocumental, tipo Larry David o The Office.

Ricky Gervais en plena acción.

Mi referente era, lo sigue siendo ahora, ‘La boda de Rachel’: una realización muy suelta, cercano al found footage, con una iluminación mínima basada o imitando la justificada por fuentes naturales, y dando a los actores cierto margen para moverse e incluso, dependiendo de la escena, improvisar.

'La boda de Rachel', que su director definió como el vídeo casero más caro jamás filmado.

Quiero reproducir en cierta medida la sensación de total inmersión que sentí al ver la película de Jonathan Demme, cuyo guión, obra de la hija de Lumet, podeis encontrar aqui.

Volviendo a ‘No os caséis’, en abril del año pasado el guión sufrió una reescritura completa: la nueva versión era sólida, la estructura funcionaba bien, el arco del personaje principal estaba claro e incluso asomaban, de manera subrepticia (que diría Martín Román) algunos temas. Tras terminarlo estaba exultante, pero casi subconscientemente ya sabía que había algunas cosas que aún no estaban listas, principalmente la definición de algunos personajes secundarios y sus subtramas.

La cuestión es que terminamos perdiendo la ayuda del IVAC, al pasarnos de plazo, y ahora mismo el proyecto se encuentra en el limbo. Aún así, hace pocos meses retomé la cuarta reescritura, que es de lo quería hablaros en un principio.

Empiezo poco a poco: le enseño el guión a algunos amigos y Borja Cobeaga confirma mis sospechas. El guión le gusta mucho, pero aún hay unos cuantos flecos que arreglar. Me recomienda usar cuestionarios para afinar los personajes secundarios. Me pasa ejemplos de su película ‘No controles‘, co-escrita con Diego San José.

Con preguntas sencillas como ‘¿Qué móvil lleva?’, ‘¿En qué se considera malo?’ o ‘¿En qué es realmente malo?’, se consigue, jugando casi, crear en tu cabeza una imagen muy precisa del personaje y de cómo reaccionará ante cada situación.

Los procesos de reescritura son pesados: enfrentarse de nuevo con la misma historia, replantearse y cambiar gran parte de lo ya hecho, exige disciplina y trabajo.  En este caso no era una reescritura casi completa, como lo había sido la tercera. En aquella ocasión había partido de un nuevo tratamiento, que es el formato con el que me suelto mejor: al no ser un tecleador muy rápido y al saltarme los diálogos, los procesos de pensar y teclear se acompasan mejor.

Desde ese tratamiento me es relativamente fácil pasar al guión terminado, formateado y dialogado.

En el caso de esta cuarta reescritura la cosa ha sido bastante más complicada. Ahora se trata de cambiar totalmente algunas escenas, las menos, pero sobre todo de retocar escenas ya existentes.

Para ello imprimí el guion, lo leí y tomé notas, que listé en un documento de cosas a cambiar. Luego preparé una pizarra de corcho con las 21 secuencias de la película, para tenerlas en la cabeza.

Aquí hago un inciso: yo sigo la terminologia yanqui (y la del ICAA cuando habla de ‘tratamiento secuenciado’), que curiosamente llama a las cosas al revés de lo que lo hacen la mayoría de guionistas españoles.

Llamo escena a la unidad de guión que transcurre en un mismo tiempo y lugar, las que terminan limitadas por los encabezados del guión finalizado. Una secuencia es, por tanto, una o más escenas que forma una unidad narrativa mayor: la secuencia del rescate de Haddock en el Karaboudjan en ‘Las aventuras de Tintín’, por ejemplo.

El Corcho de las Secuencias.

En cada tarjeta, las líneas separadas por un salto de carro corresponden más o menos a una escena.

A partir de aquí relleno el cuestionario de los personajes que tengo menos claros, los que en ese momento están más estereotipados—

— y me quedo bloqueado.

Hay demasiadas cosas que aún no tengo claro cómo resolver, pero tampoco creo que me ayude ponerme a escribir un tratamiento completo. Necesito seguir clarificando cosas, desbrozando lo existente.

John August, uno de los mejores guionistas americanos, lleva además uno de los más completos blogs sobre escritura de guión y para una reescritura de este tipo recomienda aquí hacer una checklist de cosas a mejorar e ir volando sobre el guion retocando lo necesario para potenciar cada objetivo de la lista.

Éste es John August.

Aquí encontraréis todos las columnas de August referidas a su proceso de escritura.

Creo que August se refiere a una más avanzada de la que tengo por delante. En mi caso me ha ayudado mucho preparar un esquema de subtramas y escribir muy escuetamente cada una de ellas para tener claros sus beats o giros.

Una vez hecho esto, la cosa está funcionando bastante bien y espero tener la nueva versión lista en una semana, pero no es fácil de calcular, porque los problemas surgen donde menos lo esperas, lo que te lleva a hacer parones, a reposar las ideas, y a procrastinar en cosas como este blog.

En todo caso, si  dentro de una semana no está listo, tendré que compaginar la reescritura con la preproducción de ‘Lucas’, ya que el corto tiene fecha límite y es antes de este verano.

Para cerrar, lo triste de todo esto es que, ahora mismo, el guión de ‘No os caséis’ es más potente y a la vez está más lejos de realizarse que nunca.

Ya os iré contando.

 

 

«¿Y ahora qué estás haciendo?»

Parientes, amigos, todos: lo entiendo, de verdad, entiendo que no es fácil de comprender, que la pregunta es legítima.

Las veces que me animo a responder, en alguna comida navideña, empiezan a surgir a borbotones un montón de proyectos en distintas fases de producción. Tantos, que mi voz se va apagando, me agobio y me dan ganas de soltar el tenedor, pasarle el culito de vino blanco a mi tío Jordi y correr cuesta abajo hasta la casa familiar, abrir la verja, subir las escaleras, encender el radiador de aceite, al dos, tampoco hay que despilfarrar, y ponerme a escribir.

Me dura poco, porque soy de natural vago y al final me quedo hasta los postres y la sobremesa. Eso sí, con un ataquito de ansiedad, pequeñito, íntimo y muy, muy familar.

Así que para eso creo este blog, para evitarme esos episodios francamente incómodos.

– ¿Y ahora que estás haciendo?

– Apunta: uve doble, uve doble, uve doble, yahoraqueestashaciendo, con dos es, todo junto– punto guordpres, con dos eses– eso— puntocom.

Como el público potencial de mis andanzas por el mundo audiovisual es muy, muy reducido, voy a tratar de responder a la pregunta en el sentido más amplio. Aquí contaré también qué estoy leyendo y muy de vez en cuando alguna reflexión que se me ocurra, casi siempre centrado en los temas que más me interesan: guión, dirección de actores, técnica cinematográfica (cámaras, iluminación y posproducción), cómic, quizá, y un poquiiito de arquitectura.

Si  me animo mucho, mucho, es posible que añada algún videotutorial de grabación y posproducción con la Epic-X, que en breve vamos a recibir en Morituri.

Para que veais que no miento y que mi propósito es sincero, os dejo con una recomendación, un breve librito sobre actuación, muy corto, muy barato, muy práctico, muy útil para aprender a dar indicaciones actuables a nuestros intérpretes.

David Mamet, que sobre el tema sabía bastante, asegura en su prólogo que «This is the best book on acting written in the last twenty years». El libro se editó en el 86, por lo que a día de hoy será, al menos, uno de los mejores escritos en los últimos 46 años.

El libro ya no se edita, pero podéis encontrarlo aquí.